José Monje Cruz, Camarón de la Isla, es el personaje que mejor representa internacionalmente a la ciudad de San Fernando, y por ello, preservando el honor del mito del flamenco mundial, hay diseñada una ruta en su ciudad natal que muestra donde nació y creció en sus primeros años.

Se crió en el humilde barrio de Las Callejuelas, cuyas calles eran una extensión de las viviendas, un espacio seguro en el que los niños jugaban y correteaban en libertad. Este humilde barrio, de tradición marinera, se estructura en calles paralelas levemente empinadas y adoquinadas, que descienden desde la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen hasta las marismas y las salinas del caño de Sancti Petri.

Sus vecinos, mayoritariamente salineros, pescadores o mariscadores, vivían en casas modestas y sencillas. Había también viejos almacenes y bodegas, pequeños talleres (herreros, carpinteros de ribera, cordeleros,…) y “güichis”, bares en los que se reunían los hombres al finalizar su jornada de trabajo.

Las fachadas encaladas de su casa natal, escondían un universo compartido por seis grupos familiares. La casa estaba formada por varias estancias alrededor de un patio de vecinos. Estos compartían los servicios comunes, situados en el patio: cocina, pozo y letrina.

Hoy día, la casa natal de Camarón intenta recrear un periodo poco conocido de su infancia y juventud, etapas que influyeron en la formación de quién llegaría a convertirse en un mito universal del Flamenco.

Camarón oyó las primeras saetas y fandangos nada más nacer. Su padre Juan Luis Monje Núñez, aficionado de primera al cante jondo, se ganaba la vida como herrero, un trabajo bien considerado por la comunidad gitana.

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    LAS CLAVES DE CAMARÓN (CASA NATAL)

    Camarón de la Isla vio la luz en el número 29 de la calle del Carmen, en el Barrio de las Callejuelas. Allí se puede ver el origen humilde, con la arquitectura propia de una zona sencilla, de este artista hijo de un gitano herrero.

    Las callejuelas, es un popular barrio isleño nacido al amparo del primitivo Convento del Carmen. Desde lo alto de sus empinadas calles pueden verse unas vistas únicas de las marismas y salinas del Caño de Sancti Petri, donde tradicionalmente las gentes del barrio mariscaban y pescaban. En este barrio, de tradición marinera, abundan los patios de vecinos.

    En su casa natal se ha intentado recrear un periodo de tiempo poco conocido en la vida de José, su infancia y juventud, etapas que influyeron en la formación del hombre que se convirtió en un mito universal del flamenco.

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    CENTRO DE INTERPRETACIÓN «CAMARÓN DE LA ISLA»

    Hoy la ciudad natal del cantaor cuenta con el Centro de Interpretación Camarón de La Isla, un edificio arquitectónico de referencia, con un atractivo espacio expositivo: moderno, innovador e interactivo.

    En él repasamos la trayectoria artística y personal de José Monje con más de 5 horas de contenido audiovisual disponibles para el visitante, distribuido en tres secciones: Origen, Leyenda y Revolución.

    Este centro cuenta con un fondo museológico audiovisual de más de 30 horas de vídeo, que servirán para mantener vivo el estudio de Camarón de la Isla y la revolución que su figura supuso para el cante flamenco.

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    FRAGUA DE CAMARÓN

    “En la Isla yo nací, yo me crié al pie de una fragua. Mi madre se llama Juana, mi padre se llamaba Luís y hacia alcayatitas gitanas”

    Camarón oyó las primeras saetas y fandangos nada más nacer. Su padre, Juan Luís Monje Núñez fue un aficionado de primera al cante jondo. Se ganaba la vida como herrero, un trabajo bien considerado por la comunidad gitana.

    Cada día acudía a su fragua, primero en la calle Orlando en la zona de Las Callejuelas, donde vivía, y luego en la calle Amargura. Y es que el pequeño José tuvo que ir desde muy niño a la herrería “para darle al fuelle y avivar la lumbre” para después acompañar a sus padres a vender por los pueblos el producto de la fragua, especialmente las alcayatas gitanas, auténticas filigranas de hierro que decoran tanto los patios andaluces.

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    Foto: Detalle del interior de la Fragua

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    VENTA DE VARGAS

    La Venta de Vargas, es lugar obligado donde recalan todos aquellos que, venidos de fuera, desean conocer San Fernando en sus aspectos culinarios más típicos y genuinos, así como en sus curiosidades y esencias dado que la Venta de Vargas es un lugar que, lejos de toda sofisticación, alberga entre sus muros, sus cerámicas y medios puntos auténtico sabor isleño.

    En 1959, en la Venta, la Niña de los Peines y Manolo Caracol, escuchan cantar a Camarón con tan sólo 8 años. Fue aquí donde Camarón fraguó sus primeros años escuchando a Caracol, a su hermano Manuel, al Niño de la Calzá y a la dueña, María Picardo. De aquellos momentos y de muchos otros, se conservan multitud de fotografías en la venta, que además de negocio de comidas, puede ser considerada sin temor a la exageración como un auténtico museo de arte flamenco.

    Esta venta se fundó en el año 1921, entonces se denominaba “Venta Eritaña” y funciona con el nombre de Venta de Vargas desde el año 1935. Con este nombre, en honor a su fundador Don Juan Vargas, adquirió fama y prestigio a través de los años. Tras él, Dña María, su mujer, supo darle a La Venta ese carácter tradicional y añejo, – con duende incluido- y pasarle el relevo a sus sobrinos José y Lolo Picado, que haciendo bueno el lema de que «aquí nadie es extraño”, han dado continuidad a ese talante y al sentido gastronómico, «del más puro estilo andaluz”

    En la plaza que hay frente a la venta se podrá contemplar el monumento que la ciudad le rinde a su hijo predilecto.

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    MONUMENTO A CAMARÓN DE LA ISLA

    Monumento realizado por el isleño Antonio Aparicio Mota cuando tenía 27 años de edad. Autor de otras obras expuestas en la Isla.

    Sobre un pedestal de más de dos metros de altura, recubierto de piedra ostionera, se erige la figura en bronce de Camarón. Mide alrededor de 1,75 cm. de altura y pesa más o menos 500 kilos. Se trata de un solo bloque escultórico que funde el asiento con la persona, dejando la silla de serlo para pasar a ser también escultura.

    Representa al famoso cantaor isleño José Monje Cruz, con actitud sosegada, de mirada perdida y concentrada, huyendo así de la representación típica del brazo extendido. Sentado en silla de enea con la cabeza ligeramente girada a la izquierda. Muestra semblante sereno y meditativo. Una mano apoya en la pierna mientras la otra cuelga en la rodilla izquierda.

    La silla es una abstracción de formas sugerentes donde se encuentran texturas tan expresionistas como figurativas, una amalgama de formas sintetizan la ciudad de San Fernando, mostrando conchas, ostiones, cañaíllas, etc…, que hacen de dignas porteadoras del genio del flamenco.

    El bronce del niño de 1,35 metros de altura y unos 60 kilos de peso, es plásticamente una imagen más cálida y suave. Se contrapone con el gesto duro del cantaor.

    Se inicia su realización en Junio de 1991. En el año 1992 se finaliza, coincidiendo con la muerte de Camarón. Se emplaza definitivamente en su ubicación en el primer aniversario de la muerte en Julio de 1993.

    Esta escultura se realiza en el estudio del autor entonces en la ciudad de Sevilla en la Calle Torneo, 68. la obra fue transportada y llevada a la Exposición Universal de 1992 que entonces se vivió en la ciudad hispalense.

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    IGLESIA MAYOR DE SAN PEDRO Y SAN PABLO (NAZARENO)

    Camarón ha sido siempre devoto del Nazareno, cuya imagen se venera en la Iglesia Mayor. «Allí acudió CAMARÓN justo después de la boda para casarse el sólo – explica Manuel Ruíz quién le acompañó aquel día – vino a decírselo al Nazareno y le habló: me he casado ¿te parece bien? Vengo pá que me des tu bendición y él me comentó que el Nazareno se la había dado….»

  • 07
    MAUSOLEO DE CAMARÓN

    Finalmente, José Monje Cruz, falleció el triste 2 de julio de 1992. “Me gustaría que me enterraran en San Fernando” había declarado el cantaor y su deseo se cumplió.

    En el cementerio municipal se encuentra el mausoleo que siempre congrega a millares de seguidores y siempre está perfumado por las flores que llevan sus incondicionales.

    El diseño general de la obra junto con el relieve del Catafalco, que representa una panorámica de la ciudad, es obra del artista isleño Manuel Correa Forero. La escultura de Camarón fue encargada a Alfonso Berraquero García, también de la Isla y los trabajos de forja de hierro a Francisco Fernández de Jerez. El trabajo realizado en piedra, granito verde uva tuba, es obra de Mármoles Aillon de Cádiz y la fundición en bronce de Salteras Sevilla.

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  • 08
    PEÑA CAMARÓN DE LA ISLA

    Por último, la peña Camarón de la Isla fue inaugurada después de su muerte, en 1995. La primera piedra fue colocada por José el 1 de diciembre de 1991, inaugurándose el 5 de diciembre de 1995.

    Se trata de un edificio de dos plantas, centro neurálgico que se convierte en catedral de la figura de Camarón, Museo con centenares de fotos y recuerdos donde también se puede disfrutar de la gastronomía andaluza de la bahía y del cante y baile de discípulos del genio de Camarón.

    Con carácter anual se celebra durante los meses de septiembre a diciembre el “Concurso de Cante Memorial Camarón de la Isla”.

Descárgate la guía de La Ruta de Camarón de la Isla

Camarón de la Isla

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